lunes, 15 de noviembre de 2010

LA FLEXIBILIBDAD

LA FLEXIBILIDAD

La flexibilidad es la segunda de cuatro cualidades físicas básicas (CFB)
que estudiamos con mayor profundidad en este curso. En este tema,
como ya hemos hecho con la resistencia en el anterior, se pretende
definir dicha cualidad, explicar sus componentes básicos y describir los
sistemas de entrenamiento más adecuados para su desarrollo en el
ámbito de la Educación Física (EF) para las edades de Secundaria y
Bachillerato.

1. DEFINICIÓN

Podemos definir la flexibilidad como la capacidad del individuo (cualidad física
básica que nos permite…) para conseguir colocar su cuerpo en el mayor
número de posiciones o posturas posibles, tanto de forma estática como en
movimiento. Esto implica una gran capacidad de movilidad de los diferentes
segmentos corporales y se traduce en una amplia libertad de movimientos
corporales.
En realidad la flexibilidad no es una cualidad física independiente, sino más
bien la suma de las dos cualidades siguientes:
- Movilidad articular: que es la capacidad de movilización espacial que
posee cada articulación del cuerpo. La cual se suele medir en grados de
ángulo que es capaz de describir el movimiento total de los extremos de
dicha articulación (en cada una de sus posibles direcciones de
movimiento). Los límites de esta movilidad suelen ser las estructuras
óseas o cartilaginosas, o bien la propia masa corporal.
- Elasticidad muscular: es la capacidad que tiene un músculo o grupo
muscular para alongarse (o dejarse estirar), la cual puede medirse en
unidades lineales (de longitud).
De ambas cualidades la más entrenable es la elasticidad muscular, mientras
que el trabajo orientado hacia la movilidad articular tiene un sentido mas de
mantenimiento para evitar pérdidas de capacidad.

2. VENTAJAS DE UNA BUENA FLEXIBILIDAD

- Reduce la tensión muscular y relaja el cuerpo.
- Mejora la coordinación de movimientos haciéndolos más libres y fáciles.
- Aumenta las posibilidades y repertorio de movimientos.
- Previene daños o lesiones (desgarros, tirones, contracturas y roturas
musculares, así como problemas anticuares, tendintis, etc.).
- Facilita las actividades de tipo explosivo o rápido, si se incluye
ampliamente en el calentamiento.
- Mejora, con su trabajo metódico, el conocimiento del propio cuerpo
(mediante el desarrollo de la sensibilidad hacia sensaciones internas y
propioceptivas).
- Mejora y agiliza la circulación sanguínea.
- Nos permite obtener, si se realiza en condiciones adecuadas,
sensaciones agradables y acelerar algunos procesos de recuperación.
- Mejora directamente el rendimiento deportivo: mejorando la fuerza
elástica y sobre todo la amplitud de movimientos).- Favorece la unión “cuerpo, mente y espíritu”, de ahí que su práctica se incluya en muchas de las modalidades orientales de actividad físicofilosófica
(tai-chi, kárate, kung-fu, yoga…).
- Facilita la relajación de la tensión y combate el stress.
- Fomenta la autodisciplina y lo hace especialmente en tres niveles o
“momentos”:
 1- “Instantánea”: en el preciso momento de estirar un
músculo, manteniendo una posición algo incómoda o ligeramente
dolorosa, siendo capaz de relajarse y controlar la respiración;
 2- “Habitual”: incluyendo con constancia la realización de breves sesiones
de flexibilidad integradas dentro de nuestra vida cotidiana semanal; 
3- “Consecuente”: incluyendo ejercicios de flexibilidad siempre que la
actividad física que estemos realizando así lo recomiende
(calentamiento o vuelta a la calma de partidos, juegos, clases,
entrenamientos…).
- Mejora la actitud postural, la simetría corporal y la “colocación” de los
diferentes segmentos y “cadenas” corporales de movimiento.
- Reduce las posibilidades de sufrir lumbalgias (dolores de espalda en la
zona lumbar), gracias al incremento de movilidad del tronco.
- Alivia el dolor muscular. Tanto el producido durante el ejercicio o tras su
ejecución, como el dolor muscular diferido localizado (agujetas) que
aparece a las 24 o 48 horas de la finalización del ejercicio.

3. DOS CONCEPTOS IMPORTANTES

Para comprender la metodología de trabajo o entrenamiento que hemos de
seguir para el desarrollo de la CFB de la flexibilidad, se hace necesario conocer
dos factores que influyen directamente sobre la respuesta muscular al
estiramiento:
- Inervación recíproca: si bien podemos controlar la acción de contraer o
relajar nuestros músculos a voluntad de manera consciente, cuando
estos trabajan a forma automatizada, rápida o integrando conductas
motoras más globales, lo hacen de forma combinada. Los músculos
suelen emparejarse según los movimientos que pueden realizar, en
agonistas (el que se contrae para provocar un movimiento de una
articulación) y antagonistas (el que se contraería para realizar el
movimiento opuesto. Por ejemplo el bíceps es el agonista durante la
flexión del brazo y el tríceps es el antagonista, y viceversa durante la
extensión del brazo. Pues bien, nuestro sistema nervioso actúa de tal
modo que coordina los emparejamientos musculares de forma que
cuando exigimos una contracción durante un movimiento,
automáticamente solemos provocar una relajación o estiramiento
muscular en el músculo o músculos antagonistas.
- Reflejo miotático o al estiramiento: se trata de una respuesta refleja
del músculo que es sometido a un estiramiento, cuando dicho músculo
es alongado de forma rápida o brusca, este produce (de forma refleja)
una contracción o acortamiento para evitar lesionarse en dicho
estiramiento. Este mecanismo permite que no nos estemos lesionando
constantemente durante acciones rápidas, sin embargo dificulta en
ocasiones lograr mayores niveles de estiramiento muscular. Algunos
sistemas de entrenamiento nos permitirán ludir ligeramente este reflejo
natural.

4. SISTEMAS DE ENTRENAMIENTO

4.1. AUTOESTIRAMIENTO (activo y estático).
Debe ser realizado sin llegar a provocar sensación de dolor. Primero se realiza
un estiramiento fácil (poco forzado) durante 10-30 segundos en una postura
determinada. Poco a poco se va haciendo más cómodo mantener la postura,
ya que los receptores musculares se vuelven insensibles en ese tiempo y se
adaptan, además el denominado reflejo de inhibición autogénica relaja el
músculo. Después se avanza en la postura unos 2 o 3 centímetros más para
mantener la nueva posición otros 10- 30 segundos.
La respiración debe ser lenta y controlada, debemos mantener relajado al resto
del cuerpo y concentrarnos para recibir las sensaciones interiores. Debemos
procurar encarecidamente mantener los músculos que son estirados en cada
ejercicio, lo más relajados posible.

4.2. ESTIRAMIENTOS PASIVOS (pasivo y estático):
El procedimiento es similar pero es un compañero el que hace avanzar en la
postura. Debe haber perfecta comunicación entre ambos y nada de bromas,
para evitar pasar el límite dañino de estiramiento muscular. Podemos
recomendar permanecer entre 15 segundos y un minuto por repetición y entre
2 y 3 repeticiones por ejercicio.

4.3. REBOTES (activo y dinámico):

Este tipo de ejercicios activan el reflejo muscular al estiramiento, por lo que no
son los más recomendables para desarrollar la flexibilidad, además de
presentar ligeros riesgos de lesiones musculares. Sin embargo son ejercicios
importantes para mejorar y mantener las cualidades elásticas del músculo y de
los tendones, especialmente en referencia a sus capacidades de producción de
fuerza explosiva mediante los denominados componentes elástico y elástico –
reactivo. Por todo ello, deben ser incluidos en el entrenamiento de velocidad y
potencia.
En cualquier caso, nunca llevaremos a cabo sesiones exclusivas de flexibilidad
a costa de este sistema. Ig ualmente no deben incluirse en las partes de vuelta
a la calma, aunque si es adecuado incluir este tipo de ejercicios en los
calentamientos.
Ejercicios posibles, son los mismos o similares a los que hemos incluido en el
apartado de autoestiramiento, aunque lógicamente realizados con pequeños
rebotes para tratar de forzar la posición a alcanzar en cada rebote.
Especialmente indicados son aquellos que provocan estiramiento en los
músculos de las piernas.

4.4. MOVIMIENTOS ARTICULARES (activo y dinámico):

Son ejercicios de movilización de las articulaciones y de los diferentes grupos
musculares implicados en ellas. Se realizan oscilaciones, balanceos,
circunducciones, rotaciones, flexiones, combinaciones de los anteriores, etc.
Dichos movimientos no deben ser bruscos, aunque si pueden tener fases de
aceleración y deceleración. Sirven para calentar en sesiones de entrenamiento,
juego o competición, pero no representan un trabajo adecuado para sesiones
de entrenamiento específico de flexibilidad, ya que al igual que los anteriores,
provocan el reflejo muscular al estiramiento.
Principalmente mejoran la movilidad articular, aunque también la coordinación
intermuscular entre grupos de músculos agonistas y antagosnistas, así como la
coordinación entre los diferentes músculos que componen una cadena cinética.
Podemos crear ejercicios de brazos, tronco y piernas, centrando los
movimientos muy especialmente en las caderas y hombros. Sin embargo
deberíamos evitar abusar de los movimientos de cuello y en cualquier caso que
estos sean muy lentos.

4.5. FACILITACIÓN NEUROMUSCULAR PROPIOCEPTIVA:

Este sistema se basa en la inhibición autogénica. Existen hasta nueve
diferentes posibilidades metodológicas para llevarlo a cabo, pero básicamente
consiste en un estiramiento por parejas realizado bajo las siguientes pautas:
- Estiramiento pasivo entre 10 y 20 segundos.
- Contracción isométrica del “etrenado”, en sentido opuesto al
estiramiento (el colabrador no le permite deshacer el estiramiento) de
apenas 3 a 5 segundos.
- Inmediata relajación del “entrenado” para que el colaborador prosiga
estirándolo de forma pasiva pero ya más lejos.
Esta maniobra puede repetirse hasta tres veces por grupo muscular.
La contracción isométrica tiene como función anular el reflejo al estiramiento,
ya que al pedir del músculo una fuerte contracción, éste no está preparado
para reaccionar ante el siguiente estiramiento de forma inmediata.
Este es el sistema más eficaz de todos los propuestos, para desarrollar y
mejorar la flexibilidad, sin embargo es el más difícil de realizar, requiere
práctica por parte de los dos participantes y mucha comunicación, colaboración
y concentración en el trabajo. Deberían diseñarse ejercicios para las principales
articulaciones y realizarlos todos en una misma sesión exclusiva de flexibilidad.
La mayoría de los ejercicios expuestos en el apartado de flexibilidad por
parejas (además de muchos otros posibles), pueden adaptarse sin dificultades
a la metodología de trabajo FNP.

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